Hoy hemos viajado hasta
Marruecos de la mano de una familia enamorada de su color y su sabor.
Con motivo de una reunión
especial en casa, para sorprender a sus invitados y compartir con
ellos su pasión por la tierra marroquí, les hemos recreado un
rincón del mismísimo Marrakech.
Se ha escogido un lugar
señalado en el patio, cubierto de azulejos con influencias
andaluzas...
La fusión de madera
policromada, pieles, textiles satinados y bordados, nos trae
recuerdos de la casa que allí poseía Yves Saint Laurent, y que
acabó donando a la ciudad como museo.
Tenemos el colorido vivo de
las cerámicas de Fez, en algunos recuerdos de viajes que se han
aprovechado para la ocasión.
El metal calado de los
faroles y de los vasos dorados de té, aportan toques de luz en
lugares estratégicos.
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